Un domingo tarde, una ciudad, una calle cualquiera.
Yo buscando un piso, como había hecho antaño, alguien de todos los que me habían estado
escribiendo ese día, alguien que digamos gano la loto, porque él?
Ni yo misma lo se, su forma de llamarme Rosi, su manera de hablarme, que más da,
ahorraremos, los detalles a fin de cuentas yo fui a lo que fui y ambos sabíamos
él papel de cada uno.
Besos húmedos, que te hacían querer más, cuerpo desgarbado que se hacía interminable.
me acompaño a su habitación, sin apenas ropa en una pequeña cama. Tampoco estaba allí para hacérsela, pero desde luego me sorprendió para no habernos visto nunca, tenía demasiada confianza en la situación.
Me acariciaba contra la pared, besándome sin cesar toda yo, no paraba de notar como mi cuerpo se excitaba con aquel extraño,que me tiro en su cama, comiéndome como si llevara toda la vida haciéndolo, y yo no tenía tiempo de preocuparme por la vergüenza la verdad porque me estaba
acariciando y al mismo tiempo penetrando con uno de sus dedos mi ano, mientras yo flipaba por su atrevimiento.
Pero es que me había corrido antes de darme cuenta, joder si yo con extraños muy difícil mente reacciono así?
Apenas me había dejado a mi saborear su miembro en toda la jornada, cómo si el control lo llevará él constante de la situación. Decidía como embestir me y a que ritmo, Fue una pasada.
Para irme cuando comentamos que tal, le dije avergonzada que no me había molestado lo de mi culo pero si sorprendido la confianza de la primera vez. Su respuesta ponerme su culo en mi cara para que se lo hiciera yo..jajajajajaja
